Hincha de Tolima que agredió a Daniel Cataño se disculpó: “hay que vivir el fútbol en paz”

Como Alejandro Montenegro fue identificado el sujeto que portaba la camiseta de Deportes Tolima, al momento en que ingresó a la cancha desde la tribuna del estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, y agredió al mediocampista de Millonarios Daniel Cataño, por un fuerte golpe que le propinó por la espalda.

El futbolista, que había vestido la camiseta del cuadro ‘pijao’ antes de fichar por el equipo ‘embajador‘, respondió a la agresión persiguiendo a Montenegro y propinandole una fuerte patada, también por la espalda.

Wilmar Roldán, árbitro del compromiso, decidió expulsar al futbolista por esta conducta, decisión que los dirigidos por Alberto Gamero no aceptaron y terminaron por abandonar el terreno de juego, alegando “falta de garantías”.

Montenegro fue arrestado y retirado del estadio por miembros de la Policía, en medio de fuertes aplausos del público del equipo tolimense que aprobaban la salavaje agresión.

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Este lunes se viralizó en redes sociales un video en que Alejandro Montenegro pidió disculpas por su conducta contra el centrocampista del cuadro ‘albiazul’.

“Muy buenas tardes a la opinión pública, a la Policía Nacional, a los hinchas de Tolima y a los que viajaron a acompañar a Millonarios, hoy me presento ante ustedes a pedir disculpas; de pronto me dejé llevar por las emociones que se viven en un estadio de fútbol. Son emociones que no son correctas porque no podemos permitir que el fútbol se vuelva violencia, tenemos que llevar la fiesta del fútbol en paz“, dijo Montenegro al principio de su declaración, vistiendo una camiseta de Deportes Tolima.

El jóven aprovechó el instante para emitir un mensaje para promover la paz en los distintos recintos deportivos del país, visiblemente arrepentido por su comportamiento.

“Un llamado tanto a la hinchada como los jugadores, de pronto a entender que las provocaciones de un lado y de la otra parte terminan de mala manrea y dañan un deporte al que asisten niños, pesonas mayores […] Un error mío no podría parar un partido y pues esas son las consecuencias de los malos actos.”, concluyó.