La enfermedad (poco común) que hace que el Joker tenga ataques de risa descontrolada e involuntaria

En ‘Joker’, la nueva película del villano interpretada por Joaquín Phoenix, el personaje usualmente tiene varios ataques involuntarios de risa no motivada.

La risa del Guasón y su personalidad a lo largo de la historia ha tratado de explicarse en que el personaje tiene una especie de enfermedad mental. En el caso del ‘Joker’ interpretado por Phoenix, un neurólogo le confirmó a BBC Mundo que de hecho si existe una enfermedad (bastante rara) que produce la risa descontrolada e involuntaria.

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El doctor Francisco Javier López, coordinador del Grupo de estudio de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología, le aseguró al medio citado que el personaje podría tener una “crisis de epilepsia gelástica”.

López indica que este tipo de epilepsia es bastante extraña ya que solamente “representa el 0,2 % del total de tipos de crisis epilépticas”. Esta diminuta población que sufre este tipo de enfermedad usualmente tiene ataques de risa espontáneos, que según explica el profesional de la salud, no “supone alegría [para el paciente] sino que es [algo] inmotivado”.

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¿Qué causa la epilepsia gelástica?

La principal causa de esta poco común enfermedad es “una pequeña tumoración en el hipotálamo que llamamos hamartoma hipotalámico, pero también puede deberse a otras causas como tumores en los lóbulos frontes o temporales”, dice López.

A diferencia de otros tipos de epilepsia en la que el paciente tiene una crisis y luego pierde el conocimiento, en esta la persona es totalmente consiente de lo que ocurre y no puede controlar.

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Las crisis gelásticas, si bien no generan un daño físico para la persona, si puede generar estrés emocional ya que al no poder controlar la risa y estar consientes en el momento, una de estas crisis puede desatarse en una situación inoportuna (Ej: digamos en un funeral) y generar un daño emocional a quien lo padece.

Esta enfermedad, según explicó el neurólogo, se presenta más comúnmente en pacientes adultos de más de 20 años. Su tratamiento es con fármacos antiepilépticos, que si bien no la elimina completamente, si disminuye ostensiblemente el número de crisis mensuales.