Se estudia implementar “pasaportes inmunitarios” y estos serían los pros y los contras
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Gobiernos y organizaciones de todo el mundo reflexionan sobre el uso de los “pasaportes inmunitarios”, una medida pensada para aliviar los confinamientos y las restricciones de movimientos provocados por la pandemia de la covid-19.
Estos pasaportes podrían identificar a las personas que tienen anticuerpos contra el coronavirus, lo que reduciría el riesgo de que lo propaguen, y les permitiría reanudar sus actividades y volver al trabajo.
Pero autoridades sanitarias y expertos señalan algunos inconvenientes, como la precisión de las pruebas de anticuerpos, así como los temores por la privacidad y el potencial abuso de estos certificados.
Los partidarios de la idea dicen que las personas con anticuerpos podrían recibir certificados en papel o digitales, como las tarjetas de embarque de los teléfonos.
“Si esta situación dura seis o nueve meses, o si hay una segunda ola, se puede suponer que la gente querrá abandonar sus hogares”, dijo Husayn Kassai, director ejecutivo de la empresa de identidad digital Onfido.
“Se necesita algún mecanismo para verificar la inmunidad de una persona”.
Onfido, que ha estado en conversaciones con el gobierno británico y otras autoridades, dijo que la inmunidad la determinaría un kit de prueba similar al utilizado para los test de embarazo y validado por las autoridades de salud.
Estos podrían detectar tres estados. Verde si se es completamente inmune; ámbar, parcialmente inmune, y rojo, riesgo de contagio. Los resultados podrían modificarse en una base de datos si es necesario, según Kassai.
La startup británica Bizagi tiene un “CoronaPass” desarrollado para que las empresas monitoreen a los empleados, pero el director ejecutivo, Gustavo Gómez, dice que “podría ayudar a muchas más personas” a volver a la actividad.
La empresa tecnológica francesa Socios está desarrollando un permiso de inmunidad de eventos deportivos para que “solo los aficionados con riesgo de salud bajo o nulo puedan asistir inicialmente a los partidos”, según su sitio web.
Este mes, Chile comenzó a emitir certificados a personas que se han recuperado de covid-19. Varios países, entre ellos Alemania, se plantean iniciativas similares.
– Precisión incierta –
La Organización Mundial de la Salud emitió recientemente una advertencia de que “no había suficientes pruebas” para otorgar a las personas “certificados de libres de riesgo”, pero horas después pareció dar marcha atrás.
La OMS dijo entonces que esperaba que las personas infectadas con covid-19 “desarrollen una respuesta de anticuerpos que proporcione cierto nivel de protección”, pero agregó que lo que aún se desconoce “es el nivel de protección ni cuánto tiempo va a durar”.
Claire Standley, profesora de investigación especializada en salud pública en el Centro de Ciencias y Seguridad de la Salud Global de la Universidad de Georgetown, dijo que era escéptica sobre los certificados, en parte por la “falta de certeza sobre en qué medida los anticuerpos ofrecen protección contra una nueva infección”.
Alan Wu, patólogo de la Universidad de California-San Francisco, también advirtió sobre esto: “Todos quieren creer que si tiene anticuerpos, es inmune”, dijo Wu. “Bueno, no podemos estar seguros de eso. La prueba de anticuerpos para este virus no ha existido lo suficiente como para demostrar que nadie puede infectarse nuevamente si tiene anticuerpos”.
– Preocupación por la privacidad –
La idea de los certificados de inmunidad no es nueva. Los niños que reciben vacunas contra el sarampión, la polio y otras enfermedades a menudo deben mostrar certificados para asistir a la escuela.
La industria del cine para adultos utilizó durante varios años un sistema llamado SxCheck que proporcionaba certificados para mostrar que los artistas no tenían VIH ni otras enfermedades de transmisión sexual.
Algunos temen se estigmatice a aquellos que no son inmunes. Pero las empresas especializadas en identidad digital sostienen que es factible crear certificados de inmunidad sin sacrificar la privacidad.
Kassai explicó que la privacidad podría mantenerse usando códigos QR, leídos por un escáner y asociados con la foto de una persona.
“Los pasaportes de inmunidad prueban que usted es quien dice ser y que los resultados de las pruebas le pertenecen. No necesita compartir más información”, dijo Kassai.
Dakota Greuner, directora ejecutiva de ID2020, un consorcio de organizaciones de identidad digital centrado en la privacidad, dijo que cualquier programa de certificación debe hacerse “utilizando tecnología de identidad que ponga el control de los datos privados en manos de la persona”.
Pero los pasaportes podrían crear otros problemas. Los ciudadanos verían beneficioso infectarse deliberadamente para obtener el certificado, lo que les permitiría volver al trabajo o a la actividad normal.
“Hay personas que luchan legítimamente, económica y socialmente”, dijo. “Mientras más duren las restricciones, es más probable, creo, que las personas consideren arriesgar su propia salud si ven una salida al confinamiento”.
Para Jules Polonetsky, director ejecutivo del Future of Privacy Forum, un grupo de defensa de Washington, “es poco probable” que los certificados de inmunidad sean útiles, aunque sí “dañinos”.
“Si la gente quiere volver a trabajar, existen grandes incentivos para hacer trampa o descubrir cómo compartir un código u obtener uno de estos certificados para que puedan trabajar”, dijo.