¿Qué es la viruela del mono y cuáles son sus principales síntomas?
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La viruela del mono, también conocida como viruela símica, es una enfermedad viral que ha generado preocupación a nivel mundial debido a recientes brotes. Esta enfermedad, causada por el virus de la viruela del mono del género Orthopoxvirus, se transmite de animales a humanos y presenta síntomas que se asemejan a los de la viruela humana, aunque con menor gravedad.
Ahora bien, aunque menos frecuente, la viruela del mono también puede transmitirse entre humanos. El contagio ocurre principalmente a través del contacto directo con fluidos corporales, lesiones en la piel o secreciones respiratorias de una persona infectada. Además, el virus puede propagarse mediante el contacto con objetos contaminados.
Síntomas de la viruela del mono
Los primeros síntomas de la viruela del mono suelen parecerse a los de una gripe común. Los afectados pueden experimentar fiebre, escalofríos, dolores musculares y articulares, así como una sensación general de fatiga. Además, es común que los pacientes desarrollen linfadenopatía, una hinchazón de los ganglios linfáticos en áreas como el cuello, las axilas o la ingle. Después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción cutánea que comienza con manchas planas y evoluciona a pápulas, vesículas y pústulas antes de formar costras.
Para prevenir la viruela del mono, es esencial evitar el contacto con animales que puedan estar infectados, especialmente roedores. Mantener una buena higiene mediante el lavado frecuente de manos y el uso de desinfectantes puede ayudar a reducir el riesgo de transmisión. En áreas afectadas, el uso de guantes y mascarillas es recomendable para protegerse del contacto con pacientes o materiales contaminados. Aunque no existe una vacuna específica para la viruela del mono, la vacuna contra la viruela humana puede ofrecer cierta protección y es considerada en situaciones de brotes.
En cuanto al tratamiento, no hay un antiviral específico para la viruela del mono. El manejo de la enfermedad se enfoca en aliviar los síntomas, mantener una adecuada hidratación y proporcionar descanso suficiente para apoyar el sistema inmunológico del paciente. En casos graves, se pueden requerir cuidados médicos adicionales para evitar complicaciones.
