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Llamador lanza nuevo corte de su cumbia revuelta: ‘Por encima ‘el río’

El artista samario inicia en plataformas digitales un recorrido narrativo que busca emular las melodías de un río que baja de la montaña al mar.

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Llamador - Juan Manuel Lacouture | Foto: Iván Bernal Marín.
Llamador - Juan Manuel Lacouture | Foto: Iván Bernal Marín.

La cumbia y los sonidos tradicionales colombianos resisten el embate abrumador y colonizador del reggaetón y otros géneros mainstream, en propuestas como las del artista samario conocido como Llamador, que vuelve al ruedo con un nuevo sencillo.

‘Por encima ‘el río’ se titula el corte, cuya voz seguramente algunos reconocerán. Se trata de ese condimento Caribe que le agregó otra tonalidad de sabor a la banda de hip hop Los Petit Fellas en varios de sus conciertos de formato big band al cierre de 2022.

Juan Manuel Lacouture Mindiola es el nombre detrás de Llamador, proyecto que abrió varias de las presentaciones de Los Petit con una insospechada ‘cumbia revuelta’.

Este es el nombre que le da a un sonido que refleja una experiencia vital y musical que partió desde un resguardo kankuamo en las faldas de la Sierra Nevada, y lo ha llevado a empaparse de vallenato en La Guajira, coquetear con el pasillo y el punk en Bucaramanga o rendirle tributo a Lennon en La Habana, hasta encontrar su punto de maduración en un estudio propio de grabación en la capital del país: Studio Lab.

Lacouture Mindiola lanza sus canciones de manera independiente, por su cuenta, en plataformas digitales y redes (como @soyLlamador). Suena con regularidad en el circuito de bares y sótanos que, en zonas como Chapinero y La Candelaria, guarda un espacio para las sonoridades alternativas.

Con ‘Vol. 1’, su primer álbum, les cantó a las perras criollas como la que él adoptó y le dio calor en las noches, al tinto de la mañana y a los invisibles debajo de los puentes. Va de la electrónica al vallenato y de vuelta.

Esta suerte de juglar urbano contracultural lanzó su primera producción con un fanzine, una revistilla de gráfica popular que traza un hilo conductor entre sus composiciones, una historia. Otra expresión ajena a este tiempo de celulares, streaming y tweets, y que le hizo merecedor a él y a la diseñadora, Alejandra Hernández, un reconocimiento en los Latin American Design Awards, en Perú.

También les canta a la dependencia tóxica al internet, a la sobredosis de información y a la doble moral. “Lo que somos escondemos”, dice en un verso antes de que se rayen los sintetizadores, abrazados por percusiones y rasgueos de guitarra.

En su última aventura, se embarca a retratar, desde lo musical, un recorrido de un río que baja de la montaña al mar. “Por encima ‘el río es una cumbia de melodías románticas que despierta la añoranza de un amor caribeño”, dice el cantor postmoderno.

El llamador es uno de los tambores de la base de percusión de la cumbia; el que marca el tempo y convoca a los demás instrumentos. De ahí toma su nombre Lacouture. Y su propia historia ofrece un testimonio del trasegar de los artistas Caribe que luchan por abrirse paso desde la cordillera central.

¿De dónde sale Llamador?

Soy un músico que desde chiquito, desde los cuatro o cinco años ya estaba con un acordeón. Nacido en Santa Marta, pasado por Pereira, Bucaramanga, Barranquilla y Bogotá. Mi mamá es de Valledupar, mi papá es de Villanueva, La Guajira. La vena musical viene por el lado Mindiola. De Atanques, un pueblo en las faldas de la Sierra Nevada, en Cesar, a una hora de Valledupar. De allá es mi abuelo, de un resguardo kankuamo. Mi música tiene un poco de todo. Es un recorrido de la costa a Bogotá. En Bucaramanga estudié en colegio con énfasis en música, el colegio artístico musical Pentagrama; empecé a tocar cosas colombianas, pasillo, guabina; en la orquesta del colegio era el bajista. Estudié música en El Bosque, mi título dice que soy ingeniero de sonido. Tuve mi primera banda con mi hermano, que era de punk: Sin rencor.

Fanzine diseñado por Alejandra Hernández
Fanzine diseñado por Alejandra Hernández

¿Cómo se concretó el proyecto?

En la universidad surgió sueño de tener el estudio de grabación. Con ‘Pane’, Sebastián Panesso, amigo de la universidad, empezamos a hablar del tema: tener un estudio donde podamos hacer lo que nos dé la gana, grabarnos toda nuestra música. Ahí nace Studio Lab, con otros dos socios que se unieron desde el primer momento. Habiendo cumplido ese sueño de poder tener el estudio donde poder hacer todo lo que quisiéramos, dije “ok, tenemos esto, ahora que sigue”. Lo siguiente era grabar eso que queríamos. Dar ese paso y empezar a hacer la música que me salía a mí en mi espacio.

¿Cómo lo describes musicalmente?

Un concepto que lo recopila es la cumbia revuelta. Es una combinación de cosas muy cotidianas, pero tiene muchos elementos muy visuales, de otros lados, no solo de sonidos pero de temas también. Habla de amor, pero amor por una perra, por una mascota. Mi niñez presenció muchísimas parrandas vallenatas, grupos de porros en pueblo. Siempre que veía un grupo me quedaba mirando, me cuenta mi mamá. Evidentemente hay cumbia, tradición caribe colombiana, también todo el recorrido hecho de Santa Marta a la montaña. El paso por la Orquesta Presinfónica Pentagrama, el punk; y con la llegada a Bogotá, la mente se te abre a una cantidad de posibilidades.

Llamador - Juan Manuel Lacouture | Foto: Iván Bernal Marín.
Llamador – Juan Manuel Lacouture | Foto: Iván Bernal Marín.

¿Por qué apostar por estos sonidos, fuera de las corrientes que más se escuchan?

Por un lado hay una reivindicación. Quisiera vivir en una playa, en una montaña frente a una playa. Y son temas cotidianos. Mensajes sociales desde un lado muy positivo. Una invitación a ver las cosas de otra manera. Debajo del puente es una realidad que vivimos todo el tiempo en Colombia. En cualquier calle se encuentra una situación como la que describe esa canción, pero a veces no nos fijamos. Perra criolla también. Escóndelo es la que más punk tiene y es una cumbia con una base súper tradicional, hablando de algo súper tabú: todos tenemos algo que esconder. Siento que pueden llegarle a la gente de una forma distinta a lo convencional.

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