El Clan Úsuga amenaza al Secretario General de la USO y a su hijo
El Clan Úsuga sustituyó a los paramilitares en su asedio a los sindicalistas y especialmente a los de petróleo. El Secretario General de la USO y su hijo están recibiendo amenaza.
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Dos panfletos, firmados supuestamente por alias ‘Otoniel’, jefe de la organización paramilitar ‘Clan Úsuga’, declaran como objetivo militar a Rodolfo Vecino, secretario general de la Unión Sindical Obrera, USO.
Por esta razón, directivas de la USO se reunieron con el director de derechos humanos de la Policía y con delegados de la Unidad Nacional de Protección para exigir una investigación que determine las causas que producen las amenazas y a los autores de las mismas.
Cesar Loza afirma que “en las áreas donde el sindicato hace su actividad en defensa de los derechos de los trabajadores pues se ha incrementado el paramilitarismo, se han afectado intereses de algunas empresas”.
Rodolfo Vecino cree que las denuncias que lidera en la USO sobre la minería ilegal en poblaciones donde operan grupos paramilitares son el motivo de las amenazas de muerte y considera que el riesgo no solamente lo implica a él sino a sus compañeros.
Rodolfo Vecino dijo que “hay una serie de hechos y situaciones, inclusive atentados, que se han dado en algunas zonas del país como en el Magdalena Medio en la zona del Centro, donde hubo ataques a un vehículo y a un dirigente de la junta directiva nacional”.
El último informe de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, señala que desde 1977 han sido asesinados 3.052 sindicalistas, 115 de estos crímenes perpetrados durante el gobierno actual. El 96 % de estos asesinatos están en la impunidad. Y en el 86 % de las investigaciones por amenazas de muerte tampoco avanzan.
“Hemos llamado a Ecopetrol para que también haga parte de este ejercicio porque como sindicato hemos dejado claro que no vamos a renunciar al ejercicio de la actividad sindical”, reconoce Loza.
La presidencia de la USO le pedirá a los jefes negociadores de La Habana un pronunciamiento sobre las violaciones a los derechos humanos que están padeciendo los sindicalistas por parte de paramilitares, pues consideran que las amenazas son una evidencia de que no se han extinguido estos grupos ilegales.