Homenaje a Fernando Botero en Medellín: una emotiva despedida al maestro del arte Latinoamericano
La ciudad de Medellín se volcó en apoyo al cortejo fúnebre que se dirigió al Museo de Antioquia, con cientos de admiradores aplaudiendo en su honor.
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Cerca de 1.000 personas se congregaron este martes en Medellín, la ciudad natal de Fernando Botero, para rendir un último homenaje al destacado artista latinoamericano del siglo XX. Este emotivo evento marcó la última parada de los tributos póstumos a Botero antes de su sepultura en Italia.
El féretro de Botero llegó a la ciudad colombiana en un vehículo negro, y fue recibido con honores militares en la Plaza Botero, ubicada junto al Museo de Antioquia. Este complejo alberga cientos de pinturas y esculturas de bronce donadas por el artista, convirtiéndose en un símbolo de su generosidad hacia su ciudad natal, que alguna vez estuvo marcada por la violencia del narcotráfico.
Medellín dio inicio a tres días de homenajes en memoria del artista antes de que sus restos sean inhumados en Pietrasanta, al norte de Italia, junto a su esposa, la fallecida artista griega Sophia Vari, quien nos dejó en mayo.
Decenas de admiradores aprovecharon la oportunidad para tomarse fotografías junto a las obras icónicas de Botero, mientras que otros aguardaban en fila, con paciencia, para despedir por última vez al “maestro”, quien falleció el 15 de septiembre en Mónaco a la edad de 91 años debido a una neumonía.
“Me pareció un evento importante, sobre todo para la ciudad, porque es un referente cultural (…) Conozco el impacto que ha tenido en la ciudad, principalmente con las obras que creó en una época en la que Medellín estaba sumida en tanta violencia”, expresó Juan Pablo Góngora, un estudiante universitario de 20 años.
Para muchos, este homenaje es una forma de agradecer a Botero por su contribución inmensurable a la cultura de Colombia. May Pérez, una administradora retirada, afirmó que Botero “fue un diplomático de la cultura de Colombia. No dejó de retratar nunca las costumbres, la vida, lo positivo y lo negativo: la guerra, la paz, la pobreza, la abundancia”.
La ciudad se volcó en apoyo al cortejo fúnebre que se dirigió al Museo de Antioquia, con cientos de admiradores aplaudiendo en su honor. Una mujer de unos 60 años, vestida de negro y con una bandera colombiana, vitoreaba “¡Botero por siempre!” detrás de una valla de seguridad.
La ceremonia continuó con emotivas intervenciones de personas cercanas al artista. Felipe Botero compartió, “Creo que lo más valioso que nos dejó mi abuelo (…) es el profundo amor al trabajo y la importancia de encontrar una vocación en la vida que nos ayude a darle sentido”.
Las obras de Botero, caracterizadas por sus formas voluptuosas y ligeramente surrealistas, han alcanzado cifras asombrosas en subastas de las galerías más prestigiosas del mundo, llegando hasta los 4,3 millones de dólares.
Uno de los hijos del artista, el periodista Juan Pablo Botero, destacó que su padre “creó un universo (…) propio y original poblado de cientos de personajes, la inmensa mayoría inspirados en su tierra de nacimiento. Todo surgió de este país tan hermoso y atribulado que es Colombia, marcado por la pobreza y la violencia, que él amó con todo su corazón hasta el día de su muerte”.
A pesar de su fama internacional, Botero siempre mantuvo un fuerte vínculo con Colombia y destinó parte de su fortuna a la promoción de la cultura en su país. Donó numerosas obras a museos y parques públicos, con el objetivo de acercar el arte a las clases populares, además de regalar instrumentos musicales a orquestas.
“Siempre he admirado su calidad humana y su desprendimiento de las cosas materiales“, afirmó Julio Ernesto Guarín, un trabajador independiente de 56 años que no quiso perderse la despedida del hijo predilecto de la segunda ciudad de Colombia.
Finalmente, no cabe duda que este homenaje a Fernando Botero deja una huella imborrable en la historia de Medellín y del arte latinoamericano, recordando el legado de un maestro que trascendió fronteras y dejó una profunda huella en el corazón de su tierra natal.
