El policía satánico que pelea por sus derechos en Bucaramanga
El Auxiliar Andrés Parales pide que se le respete su derecho a la libertad de culto.
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Un caso judicial fuera de lo normal se conoció en Bucaramanga cuando un auxiliar de policía satánico impuso una tutela a la policía de Bucaramanga por no permitir su libre desarrollo religioso. El aprendiz, de veinte años es satánico desde los quince.
Andrés Parales tiene 20 años de edad. Su tono de piel es claro, sus cejas son anchas y sus ojos oscuros. Era un estudiante de derecho que por razones económicas debió parar. Fue entonces que tomó la decisión de prestar servicio en la Policía de Bucaramanga, con el fin de obtener su libreta militar y aplicar a trabajos que solicitan este documento para que las personas puedan ejercer una labor. Entonces se enlistó y ahora es un auxiliar de policía satánico.
Parales no es la única persona que profesa una religión distinta a la establecida por la institución de cuidado civil, son cientos de personas que, a lo largo y ancho del país profesan una religión diferente al catolicismo, creencia por la cual se rige la Policía General de la Nación. Pero este auxiliar ha tenido diferentes inconvenientes por ser satánico, religión que, asegura, es su estilo de vida y acaba con estereotipos: “En ningún momento habla sobre violencia. Incluso, dice que uno no puede tener nada sexual con alguien que no lo quiera. Son consejos de vida y asumí que era el estilo que quiero para mí”, aseguró para El Espectador.
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El policía satánico que demandó a la policía en Bucaramanga
Según asegura, los problemas para él iniciaron luego de que lo obligaron a rezar la oración del policía, que es católica. Él, al no sentirse identificado con esta religión no pareció muy contento, por lo que tras regaños, e incluso, una amenaza de un intendente (donde le aseguró que le haría lo mismo que a Lucas Villa) debió seguir el protocolo establecido.
Otro de los problemas para el auxiliar es su corte de cabello. Su religión, y según la biblia satánica de Layey, puede llevarlo como quiera. Algo que para la institución policial es algo inadmisible, dado que según reglamentos, los policías deben mantener su cabello corto. El joven asegura: “Como dice Lavey, las personas deberían tomar sus propias decisiones sobre su apariencia y estilo de vida, de acuerdo con sus principios, deseos y valores. Y nunca deben seguir ciegamente las condiciones impuestas por la sociedad”.
Lo cierto es que Parales denunció, pero su solicitud fue rechazada con argumentos insittucionales. Algo que para el que fuera estudiante de derecho no es válido, y que las leyes que deberían primar son las constitucionales. A él solo le quedan cuatro meses de servicio, pero no quiere ser ignorado.