De la pantalla a la realidad: Tom Cruise contra la IA

A pesar de que el villano de la última entrega de la franquicia de Tom Cruise, ‘Misión Imposible: Sentencia Mortal’, se ve como una versión poco evolucionada del visualizador de música de Winamp, lo cierto es que evoca un miedo muy vigente hoy por hoy: ¿cuándo y cómo nos va a destruir la inteligencia artificial (IA)? Lo interesante es que puede que esta amenaza existencial que cada vez transita más rápido de la ciencia ficción a la realidad tenga como uno de sus némesis ya no al agente de la IMF (Impossible Mission Force) Ethan Hunt sino al mismísimo actor que lo interpreta, Tom Cruise.

La IA es uno de los principales puntos en disputa en las negociaciones de los escritores y actores de Hollywood con las grandes productoras de cine y televisión. Los más de 11,000 guionistas en huelga quieren que se pongan controles para que su trabajo creativo no sea reemplazado por ChatGPT y otras IAs generadoras de contenido, y los 160,000 actores que se unieron al paro el pasado jueves buscan reglas claras para que sus caras no puedan ser utilizadas ilimitadamente a cambio del pago único del día en que los escanearon.

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Lo cierto es que la industria del cine está en crisis desde hace varios años, algo que se agudizó con la pandemia del Covid-19 que atrajo en masa a las audiencias a los servicios de streaming. La amenaza existencial se empezó a volver real y las salas de cine desde entonces han sufrido para volver a llenarse. Pero para el director Steven Spielberg, fue Tom Cruise quien salvó a la industria cinematográfica porque en vez de contagiarse del pánico y estrenar ‘Top Gun: Maverick’ en plataformas de streaming, prefirió guardarla durante dos años para que se apreciara en todo su esplendor en teatros. La jugada fue un éxito, representando ingresos por US$1,500 millones y convirtiéndose en la película número uno de 2022.

Ahora repitió la fórmula con la séptima entrega de Misión Imposible, una cinta grabada en formato IMAX y cuyas imágenes y sonido realistas logran aumentar los niveles de adrenalina de quienes vimos esta joya del cine de acción. Pero ver la película es más emocionante porque Tom Cruise hace sus propios “stunts” o escenas de riesgo, demostrando que es un tipo entregado a entretener y que a sus 61 años es capaz de saltar con una moto desde un acantilado, hacer coreografiadas peleas sobre un tren en movimiento y saltar de vagón en vagón mientras el tren cae por un puente colapsado. Ethan Hunt (Tom Cruise) esta vez es un héroe más “humanizado”, que se siente inseguro antes de arriesgar su vida, que también cojea y sangra, que sufre.

En esa misión –¿imposible?– por salvar el cine, la película se grabó en medio de la pandemia y su fecha de estreno fue pospuesta cuatro veces (originalmente saldría en 2021). Cruise ha insistido en cuidar la autenticidad de las escenas, incluso teniendo a la mano la posibilidad de usar métodos digitales e inteligencia artificial para no tener que arriesgar su vida.

Aunque la trama es predecible y muchos de los diálogos suenan ingenuos, lo cierto es que la historia de esta entrega de Misión Imposible refleja la tensión que hoy tenemos con la IA. No digo que la amenaza de lo que en la película llaman “La Entidad” –creada por los Estados Unidos para hackear hardware enemigo, que se salió de control y ahora busca eliminar a Hunt– sea igual que ChatGPT, pero sí es un llamado a evaluar el alcance de estas tecnologías y su impacto. La película refleja además un aire de añoranza por lo análogo, pues se presenta como el mecanismo efectivo para luchar contra un enemigo todopoderoso.

En fin, si les gusta el cine de acción véanse Sentencia Mortal Parte Uno y me cuentan por Twitter o Threads (@camilogiga) si creen que Tom Cruise puede salvar a Hollywood. También pueden compartir esta columna, que no se autodestruirá en cinco segundos.

PD: Un polvo decepcionante llamado Asteroid City

La más reciente entrega de Wes Anderson y anunciada como su gran obra maestra, Asteroid City, es una película en la que las expectativas superaron lo que el director entregó. No es mala. Por el contrario, está llena de los detalles cautivadores, la perfecta simetría y el manejo de paletas de colores que tanto amamos de Anderson. Pero no puedo evitar pensar en que esta cinta deja la misma sensación que cuando uno vuelve a echarse un polvo con alguien con quien alguna vez vio las estrellas, pero esta vez se encuentra con un decepcionante asteroide frío y pesado.

*Las opiniones expresadas en las columnas son responsabilidad exclusiva de los autores, y no representan el punto de vista ni la posición del Canal 1.