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¡Qué tal Esto!

¡Qué tal esto! La viuda de Jorge Gnecco Cerchar asegura que sus hijos la quieren matar

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La viuda del legendario narcotraficante, paramilitar y dirigente político Jorge Gnecco Cerchar asegura que sus hijos la quieren matar. El abogado de ellos, que es el famoso adivino de la muerte de Martín Elías, predijo el atentado que ella sufrió hace seis años.

María del Pilar Espinosa es la viuda del asesinado Jorge Gnecco Cerchar a quien Wikipedia describe como “empresario, hacendado, narcotraficante, contrabandista, político y paramilitar colombiano”. María del Pilar tuvo tres hijos con el jefe del clan familiar Gnecco y por eso creyó tener derechos sobre la cuantiosa fortuna.

No solo se enfrentó a sus familiares políticos, los hermanos del finado, sino a sus propios hijos desde el momento mismo de su asesinato en 2001.

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Samuel Baca es el apoderado de la familia Gnecco y afirma que “el problema no es ella, espíritus malignos que están en ella y la hacen pelear con sus hijos”.

Litiga contra ellos por la herencia del célebre testaferro y víctima de alias Jorge 40, pero ellos cuentan con la ventaja de tener como abogado además de los códigos conoce el futuro.

Según el prestidigitador y defensor, está a punto de perder lo poco que le quedaba de herencia, una pensión para su manutención que recibía a cambio de no expresar sus creencias sobre el origen del atentado del que fue víctima.

El pacto con sus hijos consistía en no hablarle a la prensa sobre el caso de la familia Gnecco.

Los hermanos del finado, especialmente una entre ellos, estarían detrás del plan de dejarla sin la herencia que acumula cientos de miles de millones.

Los sicarios se le atravesaron en el camino, hace seis años cuando viajaba en el único carro sin blindaje de la flota de su familia y, aunque con graves lesiones sobrevivió al atentado.

Según el defensor y prestidigitador de cabecera de ellos, el culpable fue el demonio: “Ella ha sido invadida por espíritus malignos que la mantienen en zozobra”.

Ella recuerda los últimos cariños de sus hijos, el día en que comenzó a vivir la vida dopada y angustiada: “El día de la madre me sacaron a comer dichosos, felices, me amaban, el día siguiente me desperté amarrada en una cama”.

El adivino y vocero de sus hijos dice que en realidad ella no es dueña de nada. Pero ella no sólo quiere que el brujo de estigmatizarla, que la justicia civil de devuelva la riqueza y que la Fiscalía investigue el atentado que le redujo sus capacidades.

Pero el abogado, gracias al don que dice tener, ya sabe cómo y cuándo terminarán los litigios, como supo del atentado, antes de que ocurriera.

En este caso no se trataba de una amenaza, sino de un mensaje que él decía haber recibido del más allá.

Este caso de poder, crímenes, corrupción, fortuna y desgracias no llega aún a su final. Siguen capítulos de suspenso…

Noticias UNO

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