Ñapa | Los secretos tras la prórroga del cese del fuego con el Estado Mayo

Un intenso debate se presentó en la Casa de Nariño en torno a la decisión de prorrogar o no el cese el fuego con el ahora llamado Estado Mayor, conformado por los bloques guerrilleros disidentes comandados por alias «Calarcá».

Un sector del Gobierno pedía acabar con el cese: allí estaban alineados el ministro de Defensa, Iván Velásquez; el comandante de las Fuerzas Militares, el almirante Francisco Cubides, y el nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.

A este bloque, se le unió una aliada inesperada: la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Laura Sarabia.

Este bloque presentó uno por uno los hechos de violencia cometidos por las disidencias de Iván Mordisco y también los ataques que han realizado los bloques que se separaron de esas filas, como la acción con minas antipersona a un grupo de militares en Valdivia (Antioquia) en el que murieron seis uniformados.

Del otro lado, estaban quienes insistían en prorrogar el cese el fuego con este sector de las disidencias; en él estaban el alto comisionado para la paz, Otty Patiño, y el jefe negociador, Camilo González Posso.

Ellos presentaron un balance de los avances en los diálogos con ese grupo y el inicio de los procesos de transformación territorial y de economías ilícitas en cuatro zonas donde hacen presencia los frentes comandados por alias «Calarcá».

Este sector buscaba que la prórroga del cese fuera de seis meses, tal como ya se había negociado en el quinto ciclo de conversaciones que se llevaba a cabo en Bogotá.